top of page

La importancia de tener un hobbie no artístico

Como persona creativa, mi mente no para de pensar nuevas ideas, proyectos, planes... En muchas ocasiones, pese a estar totalmente inmersa en algo que me motiva, mi cabeza no puede dejar de divagar sobre los planes siguientes. Cuando me ocurre, muchas veces me agobio por miedo a no poder acabar todos los proyectos o incluso olvidarlos sin tan siquiera haberlos comenzado. Por ello, he adoptado un sistema que me ayuda a reflexionar y quiero compartir. Antes de nada, unos consejos que me hacen reflexionar y que trato de aplicar cada vez.

  1. Organiza tus ideas. Puedes apuntar todo lo que se te ocurra referente a un proyecto en un cuaderno, coloca post-it en un corcho u organízalo por carpetas que puedas archivar y revisar con facilidad. Personalmente, escribo la palabra clave de un proyecto en un post-it que coloco en un corcho, los cuales organizo según la prioridad que tengan.

  2. Prioriza. Haz una lista con los proyectos en los que quieres involucrarte y trata de ordenarlos por importancia. No comiences más de uno si no puedes saltar fácilmente entre ellos para cambiar de actividad.

  3. Nada de medias tintas. Si tienes la certeza de que un proyecto que empiezas posiblemente no lo vas a poder llevar a cabo como te gustaría por tiempo o habilidades, no es el momento de llevarlo a cabo.

  4. Planea tu tiempo. Piensa cuánto tiempo te gustaría invertir en cada proyecto en concreto. Sé consciente de las demás tareas que tienes que realizar, trabajo, estudios, llevar la casa, etc. Con todo ello en mente, realiza un horario aproximado y realista de los momentos que vas a realizar a ese proyecto. A mi me gusta planificarlo de forma semanal, para sacar los materiales que fuese a necesitar o incluso buscar alguna referencia en mis ratos libres en los que no puedo trabajar en el proyecto. Apunto todas las tareas que tengo que realizar, o el horario de trabajo de esos próximos días y decido en qué me apetece o tengo que seguir avanzando.

  5. ¿Necesitas o quieres? Que quieras algo no significa que necesites hacerlo. Quizás un proyecto lo necesitas para portfolio, y otro de ellos lo quieres hacer por crecimiento personal o adquirir nuevos conocimientos. Valorar qué pesa más en la balanza de decisiones es clave para tomar la decisión más adecuada en cada momento.

  6. Desconecta. Lo más importante. No todo lo que hagas tiene que ser creativo. Creo firmemente que la clave en un balance de creativo-lógico es importante, dando al cerebro la oportunidad para desarrollar otro tipo de actividades y descansar.


Una de las herramientas que más utilizo para organizarme es la Matriz de Eisenhower, básicamente, una tabla que me ayuda a organizar los proyectos pendientes.

-Reduce. Proyectos con fecha de vencimiento

-Planifica. Proyectos de crecimiento personal y de ocio

-Delega. Proyectos que puede realizar otra persona por ti

-Elimina. Proyectos que en ese momento no son relevantes


Como he comentado, cada semana organizo lo que quiero hacer, escribiéndolo en una tabla dividida por días, de manera que de forma muy visual puedo ver qué me espera. Puedes dividirlo por tramos horarios, códigos de colores o cualquier otra técnica que te sea útil.



Aunque entre manos siempre tenga algo creativo, y sin poder evitarlo mi mente divague ante las miles de posibilidades de creación de nuevas cosas, trato de ser constante con mi hobbie no artístico: aprender idiomas. Desde mi experiencia, al ser algo delimitado por reglas claras, ayuda a que desconecte del todo mi mente creativa. Si estoy descansando, jugando o viendo una serie, mi mente divaga de forma creativa con bastante facilidad, pero al estudiar idiomas, me centro totalmente en ello, en vocabulario, ortografía. Ello me hace descansar mi parte artística y centrarme en otro tipo de pensamiento, en el que no puedo hacer "lo que quiera" y debo seguir las normas.


Ahora mismo, me estoy centrando en estudiar japonés, un verdadero reto, ya que además de utilizar otro alfabeto, no tiene ninguna raíz similar a los idiomas que ya domino. Está siendo muy interesante explorarlo de forma autodidacta, en parte siguiendo el libro de Sandra Carrascosa Watashi No Nihongo, la aplicación Duolingo y los juegos de Steam Learn Japanese To Survive!. De momento, estoy tomándomelo con calma, aprendiendo a mi ritmo y disfrutando. Me ayuda enormemente a pensar de forma ordenada y me motiva ver un desarrollo exponencial en mis habilidades, cosa que algunas veces con los proyectos no sucede.


Por todo ello, animo encarecidamente a todas las personas, sobre todo a las que desarrollan una actividad más artística, que practiquen un hobbie con normas más delimitadas, como los idiomas, realizar sudokus o similares.


Comments


bottom of page